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   Montar en bicicleta es una alternativa muy adecuada para que el transporte sea más sostenible. Con más de 10 millones de «bicicletas compartidas» en toda China, los chinos ya están acostumbrados a usar este tipo de transporte amigable con el medio ambiente, lo cual reduce en gran medida las emisiones de dióxido de carbono y contribuye al desarrollo verde del país.

   Las «bicicletas compartidas» sustituyen a vehículos más contaminantes, como los automóviles. En particular, el 31% de los usuarios de bicicletas compartidas hacían uso de vehículos que emiten altos niveles de carbono. Desde su establecimiento, se han reducido las emisiones de dióxido de carbono en 1.187.000 toneladas, que equivale a la reducción de las emisiones de dióxido de carbono de 270.000 vehículos privados en un año. 

   Existe, sin embargo, otro problema al que se han enfrentado los fabricantes de estas bicicletas.

   Las partes más difíciles de reciclar son las llantas de poliuretano.Al descubrir que es el mismo material que los campos deportivos, las donan para la construcción de estos recintos en lugares remotos como en escuelas ubicadas en zonas montañosas. A través de las donaciones se han completado la construcción de 18 campos, los cuales han beneficiado a más de 10.000 de personas.